Rabia, a tu imagen de dios masculino y castigador,
de carcelero hogareño, de tus esposas hechas de gritos, insultos y maldiciones. Rabia contra ti, que estas en contra de la vida, del arte, de los instrumentos de viento, de la poesía de vivir.
¡Quita esta soga de mi cuello!
¡No eres ni mi rey ni mi verdugo!
¡Toma esta rabia, tu rabia no me pertenece!
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