domingo, 3 de noviembre de 2013

Domingo por la tarde


Esta es la trampa de todos los días
ver el sol y el cielo y las nubes
a través del techo

cansado calmado
por el reloj que despide
al tiempo, solemnemente
los sueños escondidos en los rincones
que saltan en el cuerpo
colchón humano de seres imperceptibles
la luz de los televisores
por doquier
como la luz del teléfono celular
de los interruptores malos
y de las sonrisas de los niños
que han despertado después de almuerzo
y la marcha de las familias, aburridas
no de la vida
sino, tal vez, del vacío de las calles.

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