Al mirarte, al otro lado de la calle
quise afilar mis uñas en mi pecho
arrancarte los ojos sin miedo
explotarlos contra el concreto
y que se frían en tu sangre
como huevos con fetos
mientras trituro entre mis manos
tu cabeza para carne molida
has despertado al misántropo
el que odia incluso a las mujeres que amo
y que no tuviste piedad de abandonar
¿debería tener piedad por ti?
por lo que es yo, que el diablo o la muerte
se lleven tu alma podrida
yo me quedo bailando sobre tu cadáver.
A S.M.
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